sin políticas intervencionistas a largo plazo los grandes incendios sembrarán la desolación en las próximas décadas campando a sus anchas

El miércoles 5 de noviembre debatimos de la mano de Alejandro Gutiérrez y Jesús Molina sobre los Grandes Incendios, sus causas estructurales y el papel de lo público para buscar soluciones. Alejandro es Doctor Ingeniero de Montes y técnico en la Comunidad de Madrid y Jesús es Bombero Forestal y Presidente del Comité de Empresa de los Bomberos Forestales de Madrid, por lo que están al pie del terreno y tienen suficiente información para encauzar un debate colectivo.

Comenzamos con delimitar lo que conocemos por Gran Incendio Forestal

Se denomina Gran incendio forestal a un incendio en terreno forestal que supera las 500 hectáreas de superficie quemada y que además tiene un comportamiento impredecible que dificulta su extinción. Hemos escuchado durante este verano, por desgracia, mucha terminología al respecto en las noticias sobre los grandes incendios forestales que han arrasado en nuestro país (la friolera de más de 400.000 hectáreas en apenas unas semanas, la peor cifra desde el verano de 1994). Incendios que duran semanas activos, y que solo consiguen controlarse si «las fuerzas naturales se alinean» y cambian los vientos porque la extinción de otra manera es prácticamente imposible.

¿Pero qué está pasando? ¿porqué estos incendios son cada vez más virulentos y frecuentes?

Nuestros expertos nos contaron que las causas de los incendios son, en realidad, lo «menos importante» a la hora del análisis, es decir, importa poco si ha sido un pirómano, un accidente o un fenómeno meteorológico, el caso es que una vez que se produce, la posibilidad de controlarlo, tal como están los Montes de nuestro país en este momento, es muy difícil. Nunca antes habíamos tenido una superficie de monte tan amplia. ¡ Ha cuadruplicado casi su extensión en los últimos años!.

Analizamos las causas estructurales:

  • El abandono de las zonas rurales
    • Desaparición de la ganadería extensiva que mantenía claros en el monte que actúan de «cortafuegos» o al menos zonas seguras para la extinción
    • Despoblamiento de los núcleos rurales y abandono de las parcelas de «seguridad» que rodeaban a los pueblos con huertas y demás que funcionaban también como «cortafuegos» impidiendo que si había un incendio entrase en los pueblos
    • Abandono de trabajo en los montes. Recogida de madera para leña etc
  • Falta de trabajos de servicultura preventiva: limpieza de los montes para crear franjas de seguridad y zonas que puedan crear discontinuidad en el incendio al faltar el combustible.

Las políticas cortoplacistas de los gobiernos impiden la inversión necesaria para una política de prevención real a corto, medio y largo plazo que consiguiera revertir la situación. En lugar de ello se apuesta por una inversión en «apagar el fuego» cuando ya es prácticamente imposible. El monte no interesa, la inversión no tiene rendimiento económico claro con ningun lobby detrás que lo impulse y se deja para el último lugar. No tiene rédito político ni visibilidad y cuando se produce la catástrofe la solución es tirarse los trastos y las responsabilidades los unos a los otros y distraer con cosas como buscar a los culpables (si los hay) que está muy bien pero no soluciona ninguno de los problemas.

Nuestros expertos afirman: «el fuego va a llegar, siempre va a haber una chispa, pero hay que trabajar para que eso sea controlable y no vamos por buen camino«.

Las políticas a largo plazo deberían incluir la repoblación de los núcleos rurales como una posibilidad para jóvenes que no tienen ninguna opción en la ciudad y contemplan la opción de vivir en el campo. Trabajos como el pastoreo o la agricultura extensiva, podrían ser una alternativa para muchas gente si se interviniera desde los gobiernos en facilitar tierras, ganado y casas a precios asequibles para esa vuelta al mundo rural. Pero para ello los servicios mínimos públicos también tendrían que ser una apuesta en esta ecuación. Demasiadas variables y todas en abandono …

Un poco más sobre como funcionan las tareas de extinción

Una vez analizadas las causas, pasamos a conocer un poco mejor sobre las labores de extinción cuando el fuego ya está en marcha y tiene una dimensión preocupante.

Las tareas de extinción son competencia de las Comunidades Autónomas, aunque hay técnicos estatales también que trabajan en hacer previsiones cuando el fuego ya está activo a diferentes tiempos para planificar los recursos a utilizar. Los bomberos forestales son un colectivo profesional que, en la Comunidad de Madrid, lleva desde el mes de julio en huelga indefinida (aunque han parado cuando ha habido incendios que sofocar) para intentar mejorar sus condiciones laborales que están por debajo del salario mínimo en algunos casos, que no contemplan pluses de peligrosidad y que una gran parte de la plantilla es solo estacional (4 meses al año). El conflicto laboral no es exclusivo de los bomberos forestales de la Comunidad de Madrid. Si el sector forestal , tanto en extinción de incendios como en otras labores, en lugar de tener unas condiciones tan precarias, estuviera dignificado, el escenario sería muy distinto.

Después de una hora y media de charla las conclusiones no eran muy optimistas … Una vez más, como en tantos otros debates, convencidos de que o apostamos por un cambio de modelo intervencionista que no tenga en cuenta solo rendimientos económicos o con el cambio climático, las olas cada vez más frecuentes de calor, los sofocantes veranos y los bosques y montes abandonados, el escenario no es muy esperanzador.

El turno de preguntas abrió temas tan interesantes como las macroinstalaciones fotovoltaicas, los discursos de la extrema derecha sobre las dificultades que han puesto los «ecologistas conservacionistas» para vivir de del monte y del campo, o la influencia de los rentismos y la crisis de vivienda en las soluciones para el despoblamiento rural. Temas que seguro darían para una segunda parte de la charla y que estaríamos encantadas de acoger.


Compartimos el enlace a la campaña de Goteo que han puesto en marcha los bomberos forestales de la Comunidad de Madrid para poder seguir presionando con la huelga indefinida que ya está causando estragos en las economías familiares . COLABORA Y DIFUNDE

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